Un acto de recreación.
Hay muchas ideas raras en este mundo.
Todas basadas en cuentos populares, tradiciones ancestrales, miedos irracionales, o versiones edulcoradas de lo que desearíamos que fuese la realidad.
Y ninguna de estas ideas está basada en nada comprobable, claro.
Nadie puede decir "-¡Eh, mira, junto al semáforo, otro fantasma cruzando la calle! ¡Sí, es cierto, lo veo! Bueno, esto por aquí es raro de ver, pero en Canillejas es un no parar-".
O "-Tu abuelita fallecida te manda saludos desde el más allá... ¡Es verdad, señora medium, lo oigo tan claramente como oigo el canto de los pájaros, que son igual de reales que esto que me cuenta por 50 euros la sesión!-".
O "-Mi niña adolescente se comporta como un jodido demonio últimamente, me insulta y me grita. Creo que está poseída por Satanás. Sí, hija, qué me vas a contar. Anoche por la tele vi el programa ese de los exorcismos, donde extraen a los demonios por la boca de los poseídos. ¡Cómo salían echando leches, los diablillos!-"
Cuando nada es comprobable DE NINGUNA MANERA, ni por una persona corriente y sus sentidos o por exhaustivas pruebas científicas, ¿qué es lo que nos queda?
Ah, sí, la iluminación.
"-Sé que esto es así porque lo siento en mi interior. O si no, porque otro lo sintió así hace siglos y yo le creo aunque no le conocí-".
Bien, las personas normales a todo esto lo llamamos Tonterías irracionales, siendo educados.
Para hacer un buen arte, hay que tener muuucho tiempo libre.
Las tonterías irracionales las hay religiosas, como El Judaísmo, el Islamismo, el Cristianismo, y taaantas otras...
O Psíquicas, como los Poltergeists, la Ouija, los Milagros, los Exorcismos o la Proyección Astral.
O Pseudocientíficas, como el Creacionismo o la Astrología.
O Parasicológicas, como la Telequinesis o la Telepatía.
O Adivinatorias, como el Tarot o la Quiromancia.
Como si de un gran menú irracional se tratase, las hay para todos los gustos, para que ningún tarado se quede sin comer.
Así que algún listo decidió componer todas estas chorradas juntas en una tabla, perfectamente ordenadas, para que la enmarquemos en el salón como unos buenos geeks.
Yo ya lo he hecho: