Hace un par de días se celebraba como cada año en Tanna, Indonesia, una gran fiesta tribal tradicional. Su origen es una especie de experimento sociológico accidental. Esta es la extraña historia del "culto al cargamento".
De la intromisión de la civilización occidental del siglo XX en el microcosmos de las tribus primitivas de las islas del pacífico, surgió en estas un comportamiento social tan fascinante como esclarecedor, al que los antropólogos bautizaron con el nombre de "culto a la carga" o "culto al cargamento" (cargo cult):
"Durante la Segunda Guerra Mundial, americanos y japoneses construyeron distintas bases militares en remotas islas del Pacífico, cuyas culturas se habían mantenido totalmente aisladas hasta ese momento. Las tribus que las habitaban, muy primitivas y atrasadas a todos los niveles, se maravillaban con los enormes 'pájaros de metal' que surcaban el cielo, aviones de carga, y con las cajas repletas de regalos que estos le traían a los hombres blancos.
Los isleños notaron que las personas blancas que disfrutaban de esas maravillas nunca las habían hecho por sí mismos, y cuando algo se les rompía lo desechaban, y cosas nuevas llegaban como “carga” en barcos o, más tarde, aviones. Nunca vieron a ningún hombre blanco hacer o reparar algo, ni hacer nada que pudiera reconocerse como trabajo útil de cualquier clase (estar sentado tras una mesa barajando papeles, para los nativos sólo se explicaba como algún tipo de devoción religiosa). Por lo tanto, la “carga” evidentemente debía de ser de origen sobrenatural. Como corroborando todo esto, los hombres blancos hacían ciertas cosas que solamente podían ser entendidas como ceremonias rituales: construían altos mástiles con alambres enganchados a ellos; se sentaban a escuchar pequeñas cajitas que brillaban con luz y que emitían curiosos sonidos y extrañas voces; persuadían a la gente local para que se vistiese con ropas idénticas a las suyas, y marchasen arriba y abajo (desfiles militares). Y entonces, los nativos creyeron encontrar la respuesta al misterio: que esas incomprensibles acciones eran rituales empleados por el hombre blanco para persuadir a los dioses y que enviasen la carga. Y si los nativos querían esa carga, entonces habrían de llevar a cabo esos mismos rituales.
Cuando la guerra terminó los occidentales se marcharon y los aviones dejaron de aterrizar en sus islas y los nativos, en un intento de invocar a sus recientemente descubiertos dioses, imitaron las prácticas de los hombres blancos, construyendo toscas pistas de aterrizaje, aviones, radios y torres de control utilizando ramas, pieles, bambú y cocos, y simulando los 'ritos' y 'ceremonias' que les habían visto practicar a ellos. Incluso los desfiles militares y los cambios de guardia."
"El culto a John Frum es una religión de culto de carga originario de Tanna, en el archipiélago de Vanuatu, surgido en la década de 1940, en el cual se adora a una persona conocida como John Frum, que se dice que abandonó la isla prometiendo que "volvería con regalos". No se sabe con certeza si John Frum existió realmente. Una leyenda afirma que se trataba de un hombre de poca estatura, con el pelo blanco, un tono de voz alto y que usaba un abrigo con botones brillantes. En caso de haber existido, podría haberse tratado de un miembro de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Unas leyendas afirman que los nativos podrían haber visto ese nombre bordado en un uniforme; otras dicen que quizá algún soldado se pudo presentar como "John from America (John, de América)" y que sólo la primera parte de la presentación quedó grabada en la memoria de los nativos."
"Los nativos seguidores del culto creen que John Frum volverá un día a la isla cargado de cargamento y provisiones, entre las que se incluiría un motor de 25 CV para el barco del pueblo. Todos los 15 de febrero los seguidores del culto celebran el día de John Frum, siendo ese el día en el que John Frum volverá, aunque los seguidores del culto desconocen el año. Así, año tras año, cada 15 de Febrero, los nativos le construyen una pista de aterrizaje, e incluso fabrican aviones de madera para simular algo más parecido a un aeropuerto real y así poder guiar a Frum en su regreso."
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De la intromisión de la civilización occidental del siglo XX en el microcosmos de las tribus primitivas de las islas del pacífico, surgió en estas un comportamiento social tan fascinante como esclarecedor, al que los antropólogos bautizaron con el nombre de "culto a la carga" o "culto al cargamento" (cargo cult):
"Durante la Segunda Guerra Mundial, americanos y japoneses construyeron distintas bases militares en remotas islas del Pacífico, cuyas culturas se habían mantenido totalmente aisladas hasta ese momento. Las tribus que las habitaban, muy primitivas y atrasadas a todos los niveles, se maravillaban con los enormes 'pájaros de metal' que surcaban el cielo, aviones de carga, y con las cajas repletas de regalos que estos le traían a los hombres blancos.
Los isleños notaron que las personas blancas que disfrutaban de esas maravillas nunca las habían hecho por sí mismos, y cuando algo se les rompía lo desechaban, y cosas nuevas llegaban como “carga” en barcos o, más tarde, aviones. Nunca vieron a ningún hombre blanco hacer o reparar algo, ni hacer nada que pudiera reconocerse como trabajo útil de cualquier clase (estar sentado tras una mesa barajando papeles, para los nativos sólo se explicaba como algún tipo de devoción religiosa). Por lo tanto, la “carga” evidentemente debía de ser de origen sobrenatural. Como corroborando todo esto, los hombres blancos hacían ciertas cosas que solamente podían ser entendidas como ceremonias rituales: construían altos mástiles con alambres enganchados a ellos; se sentaban a escuchar pequeñas cajitas que brillaban con luz y que emitían curiosos sonidos y extrañas voces; persuadían a la gente local para que se vistiese con ropas idénticas a las suyas, y marchasen arriba y abajo (desfiles militares). Y entonces, los nativos creyeron encontrar la respuesta al misterio: que esas incomprensibles acciones eran rituales empleados por el hombre blanco para persuadir a los dioses y que enviasen la carga. Y si los nativos querían esa carga, entonces habrían de llevar a cabo esos mismos rituales.
Cuando la guerra terminó los occidentales se marcharon y los aviones dejaron de aterrizar en sus islas y los nativos, en un intento de invocar a sus recientemente descubiertos dioses, imitaron las prácticas de los hombres blancos, construyendo toscas pistas de aterrizaje, aviones, radios y torres de control utilizando ramas, pieles, bambú y cocos, y simulando los 'ritos' y 'ceremonias' que les habían visto practicar a ellos. Incluso los desfiles militares y los cambios de guardia."
Un falso aeropuerto, centro espiritual del culto.
La torre de control.
Imagen ritual del "gran ídolo" venerado.
Pero esta historia no termina aquí. Algunas "sectas" de esta religión incluso veneran a su propio mesías, el misterioso John Frum:"El culto a John Frum es una religión de culto de carga originario de Tanna, en el archipiélago de Vanuatu, surgido en la década de 1940, en el cual se adora a una persona conocida como John Frum, que se dice que abandonó la isla prometiendo que "volvería con regalos". No se sabe con certeza si John Frum existió realmente. Una leyenda afirma que se trataba de un hombre de poca estatura, con el pelo blanco, un tono de voz alto y que usaba un abrigo con botones brillantes. En caso de haber existido, podría haberse tratado de un miembro de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Unas leyendas afirman que los nativos podrían haber visto ese nombre bordado en un uniforme; otras dicen que quizá algún soldado se pudo presentar como "John from America (John, de América)" y que sólo la primera parte de la presentación quedó grabada en la memoria de los nativos."
El líder del culto a Frum asegura ser el hijo de John Frum (salta a la vista que no lo es), e incluso asegura que le habla. Su figura se podría ver como equivalente a la de un Papa católico o un Profeta.
El "día de John Frum".
El "John Frum Parade", celebrado todos los 15 de Febrero. Vestidos como militares americanos, los nativos parecen occidentales, pero nada más lejos de la realidad. Para ellos, esas ropas, esos "rituales", tienen un significado completamente diferente al que nosotros le damos. Donde vemos un desfile, en realidad se están dando una serie de rituales religiosos que difícilmente podemos comprender. Entre ellos y nosotros hay una brecha cultural de miles de años.
David Attenborough visitó Tanna en la década de 1950 para ver si el culto a John Frum era real. No sólo era real, sino que allí encontró gente que incluso afirmaba hablar con John, y que tras entrar en trance hablaba "en lenguas" extrañas, lo cual era interpretado como palabras del propio John Frum saliendo por boca de sus seguidores.
"Es indudable que los pueblos del mundo de cualesquiera raza o religión
derivan su inspiración de una sola fuente celestial y son los súbditos de un solo Dios."
Mírzá Husayn-`Alí, Bahá'u'lláh, Pasajes de los Escritos
Es indudable, sí.
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Más info, fuentes, y vídeos, aunque no existe demasiada
información:
¿Quién fue John Frum?: