Hoy he visto Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives, una pequeña película tailandesa que se nos vende como cine de autor, pausado, sensible... ¡de místico estilo oriental, sin aditivos y 100% natural! Está escrita y dirigida por el "aclamado" Apichatpong Weerasethakul y basada en las memorias de un monje que relató en un libro los recuerdos que tenía, según él, de sus vidas pasadas. Pues bien, como no podría ser de otra manera en esta sección, la película resulta ser un fiasco de principio a fin.
Esta escena me pareció suficientemente interesante y evocadora como para lanzarme a ver la película sin saber nada de ella. La imagen NO PODÍA SER MÁS IRRELEVANTE EN LA PELÍCULA.
La película es la última parte de un proyecto multiplataforma llamado "Primitive", que pretende acercarnos a la región de Tailandia del Nordeste a través de diferentes piezas, pero no sólo a través de su geografía sino también de sus creencias. Este es el argumento de la película según FilmAffinity:
No parece tener nada de malo, ¿verdad? Ay, la magia de las sinopsis, tan superficiales que hacen brillar hasta lo más mediocre.
Pero la mía no es la opinión general. El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas fue ganadora en 2010 y 2011 de premios como la Palma de Oro en el Festival de Cannes, el Premio José Luis Guarner de la crítica en el Festival de Cine de Sitges, el premio a Mejor fotografía en el Dubai International Film Festival o el Premio a Mejor película en los Asian Film Awards. Además tiene muy buenas críticas de prensa y puntuaciones en internet. Sukhdev Sandhu, de The Daily Telegraph, valoró la película con la máxima puntuación: "Es una cuasi-película; es más un mundo flotante. Verla es sentir muchas cosas - culpa, seducción, diversión, misticismo-". Mark Adams, en Screen International, dijo de la película que "no teme añadir momentos de humor surrealista -que provocan carcajadas en algunos momentos- lo que ayuda al ritmo de la película".
No tengo ni idea de qué película vieron estas personas, ya que lo único que te hace sentir la película es un sopor insoportable que cuesta eludir, incluso para alguien como yo que no se duerme ni con dardos somníferos; y las únicas carcajadas por el "humor surrealista" (¿?) en todo caso surgen como risa nerviosa cuando termina este engendro y te preguntas si te han estado tomando el pelo durante casi dos horas.
Nada, aquí hablando del tiempo que hará mañana.
Bien, ya hemos leído la inofensiva sinopsis oficial, ahora veamos lo que realmente sucede en la película (con spoilers masivos que no deberían importaros):
En escenas carentes de contenido pero que aún así duran tanto en pantalla que a veces parecen haberse convertido en fotografías, asistimos a los últimos días de un hombre que ha elegido pasarlos en el campo con su familia; días que son lo más parecido a asistir a través de una cámara a los momentos más aburridos y planos de un mediocre grupo de personas corrientes, por lo que uno no comprende que alguien quisiese hacer una película de ello. Componentes con un 100% DE INTERÉS para este director: personas en pantalla que apenas hablan y que cuando lo hacen nos regalan interminables charlas intrascendentes; escenas en silencio en las que no pasa nada; una diálisis en tiempo real y ,por supuesto, en silencio también; gente en el campo; más escenas eternas de charla intrascendente lentamente locutadas.
15 minutos. 10 minutos. 13 minutos...
Tras interminables minutos donde no pasa NADA cenan, muy despacio. Aparece una mujer en una silla, es el fantasma de la esposa del hombre, fallecida hacía años. Nadie se sorprende demasiado por ello en lo que es claramente un fallido intento de hacernos ver el mundo de lo sobrenatural como algo cotidiano para ellos, pues en este caso acaba quedando ridículo. Charlan como si nada, hablan de ofrendas y de qué tal en el Cielo. Y hablando de no sorprenderse: ahora aparece un actor vestido de mono y dice que es el hijo perdido del hombre. Todo muy despacio y con largos silencios. Flasback chusco, lento y sin apenas diálogo, contando una historia peregrina sobre cómo se convirtió el chico en un mono y que consiste en mil minutos del chico andando por el bosque y, a ratos, lenta voz en off. No entendemos qué leches nos ha contado. Siguen charlando en la cena. Muy despacio. Estado del interés: fallecido.
"Mira, el fantasma de tu mujer. Anda, y ahora llega un hombre-mono que dice que es tu chaval perdido. ¿Has cenado ya, hijo?"
Después hay un ¿flashback? sobre una princesa en un bosque que tiene sexo con un pez, no sé por qué. Entendemos (queremos entender) que ella será una vida pasada del hombre. ¿Interés o relevancia de la escena?: cero. De nuevo época actual: varias interminables fotografías más y la familia se adentra en un bosque. Llegan a una cueva y la recorren durante una eternidad en silencio y sin mostrar nada que tenga el más mínimo interés. Llega la mañana y el hombre se ha muerto ahí tirado en la cueva. Estamos en la ciudad. Entierran al hombre, vemos a su familia en escenas lentas, silenciosas e interminables. ¿Flashback? sobre un mono que viaja al futuro o algo así, contado con fotos fijas (esta vez de verdad) de un actor vestido de mono mirando a cámara en un páramo, junto a un soldado sonriente que le lleva con correa. Presente. La familia se va a cenar a un 7-Eleven con karaoke. Pero una versión duplicada de ellos se queda en la habitación viendo la tele. En el 7-Eleven hablan de cantar en el karaoke. Fin. FIN.
Sin palabras. Sin sentido.
Sorprendente. Pero como siempre, lo más sorprendente es que este tipo de peli no reciba CRÍTICAS MASIVAS y una estrella, ya que su puntuación en internet es de 6,6/10 enIMDb o 89 % en Rotten Tomatoes, por ejemplo. Entre las buenas críticas que encontramos a la película podemos leer las siguientes majaderías alucinadas, salidas de los periódicos más prestigiosos:
- "De repente, el cine se exhibe como un ejercicio radical en el que, literalmente, se inventa una forma de comprender el mundo, cualquiera de ellos. No es cine, es un animal que sangra" (para sangrado, el de mis ojos muertos ante este bodrio);
- "El cine discurre como el agua, que baña por igual pasado, presente y futuro sumiendo al espectador en un estado de extraña embriaguez" (embriaguez la que tú llevabas encima ese día);
- "Este film tailandés se afirma como una feliz paradoja: un cineasta que parece estar dando forma a un arte futuro, mientras canaliza una sabiduría antigua. 5 Estrellas" (la sabiduría sobre cómo hacer cine es la que tenía que haber canalizado);
- "Obra maestra, una película en la que sumergirse, una meditación de increíble ternura sobre nuestro lugar en este mundo, en el otro, y en las diversas áreas que hay en medio. 5 Estrellas" (otro que confunde meditación con modorra);
- "Invita a la deserción. Pero conviene no desertar, porque tan inclasificable película sobre lo vivido y lo soñado, depara considerables sorpresas en un entramado argumental basado en las traiciones de la memoria" (TÚ MADRE. Ojalá hubiese aceptado la invitación a desertar tras la primera escena, que te lo pedía a gritos);
- "Dejarse llevar por el filme es entrar en sintonía con esa forma de ver el mundo, salir de la prisión de la narrativa y la pereza de la lógica para adentrarse en un territorio donde lo desconocido se sienta a la mesa." ("la prisión de la narrativa y la pereza de la lógica", VAYA USTED A LA MIERDA, HOYGA).
A veces uno no sabe si es que los críticos y dadores de premios están untados por las productoras, o es que ni ven las pelis y se limitan a soltar en las críticas los perifollos más culturetas que se les ocurren; o quizá es que entran en la sala con una empanada mental del quince por culpa de los Redbulls que les ayudan a soportar los largos festivales y por eso ven "emoción y sensibilidad" donde sólo hay diálogos insustanciales y largas escenas vacías, pues esta peli bien podría haberse resumido en 20 minutos (ciertamente habrían sido igual de irrelevantes, pero al menos más llevaderos y con una apariencia más coherente). Esto de las buenas críticas es otra muestra incomprensible de gente adulando una película pretenciosa (o esquizofrénica) que no tiene ni pies ni cabeza. "Eso es que no la has entendido porque es oriental", "es que eres esclavo de los cánones fílmicos occidentales". Venga, a pastar.
Por suerte, algunos críticos tuvieron cojones de decir la verdad. Algunos demostraron no atreverse a ser del todo sinceros con un "Mediante un ritmo sudoroso, la diálisis fílmica y algunas imágenes de belleza hipnótica, resuelve de un modo naif; hay momentos deslumbrantes... En fin, una obra que es tan fácil de despreciar como de hinchar y desorbitar". Pero sólo he encontrado uno capaz de ver este engendro fílmico con los ojos abiertos y el cerebro encendido: "Otra colitis mental con el venerado y plúmbeo estilo de la casa, algo naíf con pretensiones líricas, (...) sin hilo narrativo, con diálogos absurdos y ritmo extenuante, con desprecio poético hacia esa tontería llamada coherencia." (Carlos Boyero nunca decepciona).
La película empieza con 100 minutos de ESTO. Interés: nivel MÁXIMO.
En definitiva, Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives es puro anticine, que renuncia consciente o inconscientemente al difícil arte de contar historias y se revela incapaz de dar coherencia a sus imágenes y diálogos, resultando una película arrítmica, inconexa, anticlimática, y absolutamente carente de todo interés más allá de decirnos "¡hey, que soy tailandés y para mí la reencarnación existe, lo dijo un budista".
Digan lo que digan los premios y los críticos "especializados" yo os la des-recomiendo.